Lo que hace a una mujer

Ya tengo en mis manos, tan cansadas,
Ese jugo especial, que hace a una mujer.
Desplegaré un poco mis sueños tan reales,
De manera que al dormirme no se haga tan pesada tu ida.

Tengo en mis labios, tan solitarios,
El sabor a menta fresca de tu boca.
Y podré dormir en paz, descansar,
Que hoy más que nunca me hace falta.

Tengo en mi cuerpo, desvanecido,
La sensación de tus piernas alocadas.
Solo haría falta un beso tuyo para dormirme,
Pero ya te has ido, ¿Qué haré?

Dejaré algo más que la imaginación sobre la almohada,
Dejaré un par de letras, que noche tras noche he escrito.
Y si alguna vez te despides para siempre,
Recuérdame niña, en las noches, recuérdame y por siempre.

Tengo en mis manos, por demás cansadas,
El aroma que noche tras noche, hace a una mujer.
Y esto podría resultarte ilógico, pero es así de natural,
Que al sentirlo por las noches, luego de tu ida, simplemente muero.