Aquí te tengo, a mi lado, estás tratando de consolar algo ajeno a la desgracia que por mi culpa debes compartir conmigo. Puedo verte, sonríes, pero te digo mi amor, ya nada interesa en mí.
Pronto todo será peor, quizás, cuando de un grito derrumbe el cielo, y así será que los árboles dormirán en el infierno, también será que el fuego yacerá sobre el agua, y será que mi mente estará compartida, quien sabe con quien.
Solo sé que encontraré un cielo nuevo, y así también un par de árboles jóvenes, flexibles y verdes como tus ojos, todo será una novedad.
La perfección estará muy lejos, nadie la ha encontrado, pero quizás este cielo sea más que azul, quizás este cielo no tenga estrellas, o quizás no haya un sol, quizás los pájaros no existan, todo depende de quien lo traiga.
Mi reflejo estará en el agua, susurrando mi voz en su oído, quizás encuentre un silencio, algo parecido al sonido de una pequeña brisa de invierno.
Todo será por ser alguien, en verdad no lo creo, nunca lo he sido. Quizás sea por estar entero, a pesar de lo que estoy diciendo, seguiré siendo nada, aire, vacío.
Solo puedo pensar en que tú desaparecerás, y yo de seguro tomaré el mismo camino, solo estará mi cuerpo inservible, mi alma se irá en silencio, tranquila, flotando por un cielo nocturno, ileso del frío, ileso del viento.
Al fin estaré tranquilo, al fin mi mente dejará de pensar en cosas tan inútiles, al fin seré yo mismo, al fin me dejaran nadar en recuerdos, al fin podré encontrarla, solo para decirle un Adiós, y al fin podré despedirte, al fin desaparecerás de mi.
Un par de lágrimas rozarán sus mejillas. Un pequeño teatro a plena luz, sus manos en su pelo tratando de acariciarlo a mi manera.
Un pequeño paraíso será el mundo comparado a lo que por su cabeza pasará, y las desgracias de una vida sin sentidos golpearán las puertas de su corazón.
“Te imploran disculpas mis palabras, quizás haya sido solo un mal sentir, pero en este momento no existe nada más verdadero”.
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