Brilla a plena la extraña pena que apena el alma,
Desciende el sueño que sueño un sueño que sueña ella.
Y así hasta el día que se hace noche, alumbra así,
Brillando a pleno la fría furia, la de su ausencia.
Y aquella niña que oculta el brillo se tapa a oscuras,
Recoge el pelo que le enmaraña su juventud.
Destapa el paño, que lo desea, y mas sus pechos,
Recojo el tiempo y ahí entro yo, soy parte de ella.
Despacio apenas, se alegran voces, se encienden almas,
Y circunstancias, ya pasajeras se sienten bien.
Y aquella barca que va despacio ya se acerca,
Y por momentos le doy las gracias a esa mujer.
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