La solitaria estrella que guía

Como un intenso y solitario, maldito y atrasado recuerdo vagabundo,
Desalmado en sus pequeñas condiciones de estar libre,
Parece ser asfixiado por un tonto estallido de sensaciones,
Descuartizadas en el recuerdo de su tibia voz por la mañana que tanto anhelo hoy.

Me he encontrado con el extraño sentimiento de extrañar,
Se me ha hecho pesado y el peso es de no aguantar, es que tanto la extraño.
He comenzado a delirar, puedo sentir el calor que en mi piel se desliza suavemente,
Y espera la llegada de unos labios naturalmente normales, sin la roja pintura que los caracteriza hoy en día.

Podría ser la solitaria estrella que guía,
Pero que sin saberlo poco a poco cambia su rumbo sin pensar,
Y cuando menos se da cuenta esta perdida.
Podría ser así mi vida, si de repente no pudiese encontrarla.

Pero puedo afirmar, que no hay sombra que con paciencia,
Descarte la terrible calidez que el sol por bronca escupe hasta sangrar sus perfectas encías doradas,
Que con la impotencia de estar solo, quemaría hasta al mismísimo Dios.

He de encontrar un refugio en la sombra de su pelo, para pasar mis tardes de agonía,
La misma que siempre estuvo, la misma que hoy esta, y la misma que siempre estará hasta el final,
Esperando verme caer, sonriente y perfectamente destructora,
¡Maldita desgracia del ser humano enamorado!